El país debe diversificar su matriz productiva, publicado en el diario La Nación, domingo 23 de agosto de 2015
¿Cuál es la prioridad económica para Argentina ?
El próximo Gobierno tiene por delante una tarea doble. Debe atender las grandes distorsiones macroeconómicas producto de políticas insostenibles en una economía estancada con alta inflación. Y debe poner en marcha una agenda de largo plazo para enfrentar los problemas de fondo: diversificación productiva, empleo de calidad e incremento de la productividad. Así, urge salir del aislamiento y plantear, desde la estratégica alianza en Mercosur, una integración inteligente al mundo. Estas dos tareas son interdependientes: un contexto macroeconómico estable con un tipo de cambio competitivo es condición necesaria para el proceso de acumulación de capital y el desarrollo.
¿Cual debería ser la agenda de largo plazo?
De esto se discute menos. Argentina debe apuntar a sofisticar y diversificar su matriz productiva, agregando valor y alentando nuevos sectores. Esto requiere alinear un conjunto de políticas: industriales,de I+D+i, de compras públicas, de PYMES, de financiamiento a la inversión, de infraestructura y de educación. Es esencial repensar el modelo de inserción en las cadenas de valor, favorecer la internacionalización de las empresas nacionales, apoyar el emprendedurismo y la aceleración de las startups, mejorar la infraestructura digital y apoyar las reconversiones sectoriales. El escenario internacional es desafiante para el sector productivo con nuevas reglas de comercio e inversión, a partir de los Mega-Acuerdos del Pacífico y del Atlántico que impulsa EEUU, y la realidad que impone una revolución tecnológica disruptiva. Tenemos emprendedores y bases productivas y científico-tecnológicas para pegar el salto, pero se necesitan políticas activas y audaces, recursos y capacidades institucionales para llevarlas adelante.
¿Pero la industria no perdió su lugar primordial en el desarrollo?
Al contrario, en este escenario global complejo e incierto, la industria recobra relevancia. En los países desarrollados, luego de la crisis, se volvió a hablar (y a invertir) en manufacturas. La preocupación por retener capacidades manufactureras se ve en las políticas industriales de Europa (la Política Industrial integrada para la era de la globalización de 2008 y la Estrategia de Especialización Inteligente de 2013 de la Comisión Europea) y de Estados Unidos (el “traer de vuelta la manufactura a EEUU”, del Presidente Obama en su discurso al Estado de la Unión del 2012). Africa habla de la industrialización como el camino para el desarrollo en su Agenda 2063 (Unión Africana) y China apunta a incrementar capacidades tecnológicas domésticas. Los servicios y en particular las TICs son claves pero complementan, no sustituyen, a las manufacturas.
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